Desde la pandemia, la palabra crisis se ha normalizado en el lenguaje del día a día en las personas, y las empresas no escapan a esta nueva normalidad.
Al punto que, el término “permacrisis”, fue seleccionada como la Palabra del Año 2022 por el Diccionario Collins.
Ahora bien, la definición por excelencia define al término permacrisis como: “un periodo prolongado de inestabilidad e inseguridad, especialmente resultante de una serie de eventos catastróficos”.
El editor y escritor inglés David Shariatmadari lo resume a la perfección en una entrevista para Nius Diario.
“El término encarna perfectamente la vertiginosa sensación de dar tumbos de un evento sin precedentes a otro, mientras nos preguntamos sombríamente qué nuevos horrores podrían estar a la vuelta de la esquina”.
La editorial Diccionario Collins cree que el concepto encarna a la perfección la sensación de pasar de un hecho inédito a otro, mientras se cuestiona qué nuevos horrores podrían estar por suceder en un periodo de corto a mediano plazo.
¿Cómo afecta al tejido empresarial?
A pesar de que la respuesta puede entenderse como muy “general”, la permacrsis lo engloba todo, desde modelos económicos, valores, orden geopolítico, cambio climático, transformación digital, disrupción tecnológica, inflación, entre otras.
El impacto es total e inmediato en todo el ecosistema empresarial, ya que se encuentran ante una circunstancia de crisis con variables y ópticas muy diferentes pero con la capacidad de afectar a la misma vez.
Ante este escenario, podríamos decir que las organizaciones deben trabajar y enfocarse en ganar resiliencia empresarial.
Además, la prudencia es una palabra que posiblemente empiece a tomar más fuerza al momento de confeccionar estrategias de negocios, ya que es recomendable esperar un poco para tomar grandes decisiones para salir de la crisis.
Una oportunidad para la comunicación
La unificación de las palabras crisis y permanente pinta un panorama crítico para las organizaciones.
Pero también puede representar una oportunidad para poner en valor la comunicación corporativa como herramienta estratégica.
Enfrentar estas situaciones no es para nada sencillo, el entorno incierto, cambiante, complejo y convulso en el que se están moviendo los diferentes mercados, convierten a la comunicación como herramienta predilecta para lograr salir adelante y combatir el entorno tan cambiante que enfrentan.
Es urgente que la comunicación nazca desde el propósito corporativo de la organización y sea transversal, que potencie la escucha y los entornos “líquidos”, para que se adapte a escenarios multidisciplinares.
Recordemos que la comunicación se fundamenta en la generación de experiencias, las personas urgen de identificarse con los valores que representa, las emociones que generan y los sentimientos que nos llaman.
Lo anterior es la clave para lograr sumar elementos esenciales como fidelidad, compromiso y confianza.
Se trata de pilares esenciales para que cualquier empresa logre perdurar en el tiempo, muy en especial en entornos como el actual, donde reina la desconfianza y nutre lo que el Diccionario Collins seleccionó como palabra del año: Permacrisis.
Artículo publicado por el medio de comunicación www.observador.cr
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