Artículo publicado en el diario digital El Observador www.observador.cr
Si de algo podemos estar seguros es que todas las compañías, marcas y organizaciones serán recordadas por su buena o deficiente respuesta durante esta crisis de la COVID-19.
Y sus grupos de interés las juzgaran no solo por lo que hacen, sino por el cómo y por qué lo hacen, poniendo a prueba su propósito, así como su cultura corporativa.
De esta forma entendemos que hoy la correcta gestión de la comunicación interna se convierte en algo tan indispensable como urgente.
Así como la inclusión de la bidireccionalidad como valor, para no solo enviar información, aún más importante recibirla, y una de las mejores estrategias para lograrlo es con una escucha activa integral. Esta incorpora al ruido, pero también al silencio como vectores de la información en nuestra compañía.
Tome en cuenta
La actualidad nos demanda ejercer la comunicación interna desde cuatro dimensiones con una nueva normalidad:
· Transformación digital: Las empresas no deben trabajar en analógico en un mundo cada vez más digital. Se debe adaptar los modelos de negocio acorde a nuestra realidad, garantizando la seguridad de la data, protocolos de ciberseguridad, uso de canales digitales seguros y aprobados por expertos.
· Cultura: Trabajo colaborativo y flexibilidad, revisar y reforzar protocolos de salud y seguridad, valorando tanto al colaborador como su entorno familiar.
· Estrategia: Colaboradores comprometidos y consientes de que se aproximan cambios, y se deben adaptar las metas a corto y largo plazo, buscando la sostenibilidad del negocio y la productividad.
· Propósito: Ponerlo aprueba y a disposición de nuestros stakeholders. Vivimos una crisis humana antes que económica, por lo que prima la solidaridad, empatía, colaboración y resiliencia entre colaboradores y compañía.
Momento para liderazgos positivos
También es momento para liderazgos que fomenten la empatía y la inteligencia colaborativa. Liderazgos que utilizan la tecnología y digitalización para comunicar con verbos como ayudar, compartir y participar.
Hoy más que nunca están obligados a llevar mensajes claros y humanos, que generen altos niveles de confianza como antídoto contra la incertidumbre y miedo.
No es recomendable acciones como el silencio y ocultar información. Estas no solo son un riesgo para nuestra comunicación, también para los valores que esta pretende, como la confianza, credibilidad y transparencia. Eso genera un impacto negativo en su reputación, muy difícil de solventar en un entorno VUCA en el que la desconfianza es el principal rasgo.
Algunas herramientas como la intranet y las redes sociales internas son elementos que pueden reforzar y unir equipos. Utilizan fuentes oficiales que luchen contra la pandemia de la desinformación y fake news. Un fuerte programa de employee advocacy es clave, nos ayuda a incrementar el alcance orgánico en los canales digitales, mejora la cultura de la empresa y es pilar en la defensa de nuestra reputación.
Bajo esta tesitura urgimos de colaboradores activistas y, la única manera de lograrlo, es si se ha definido nuestro propósito con ellos, no para ellos, porque así vamos a generar identificación y aceptación. Tendremos una cultura de arraigo no obligado, y sí por convencimiento, creando sentimientos de pertenencia que forman parte elemental de la compañía, generando un cambio de metodología empresarial mecánica a una orgánica.
Recordemos que el papel de la comunicación interna en una crisis depende de la capacidad de la compañía para incorporar ocasiones de diálogo y de relación a su cultura empresarial.
Si lo logramos, esto facilitará que la compañía sea capaz de enfrentar la crisis con mayores posibilidades de éxito, ser sostenibles y referente en la post crisis.
Link del artículo en el diario El observador: https://observador.cr/comunicacion-interna-la-gran-protagonista-de-esta-crisis/
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